27 febrero 2010

UNA FAENA DE ALTURA Y OTRA DE CLASE

Manzanares
El Juli

Fotos de archivo por Manolo Ortega

UNA FAENA DE ALTURA Y OTRA DE CLASE
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.

Precisamente esta corrida de toros puede servir de muestra para la explicación que, algunos venimos pidiendo al toreo, debiera darse a los enemigos de la fiesta. Sin cambiar voluntades, por aquello de la libertad personal, mostrar a Cataluña, aunque sea por televisión, lo grande que es esto. Con sus peros, pero grande.

La tarde podría resumirse de la siguiente manera: el primer toro estuvo por encima del torero. El Juli, que sin embargo pudo cuajar muy bien al cuarto. El segundo toro se rajó, pero Manzanares puso la clase en la estupenda faena al quinto que fue bravo. Y Perera que se fue con las tripas revueltas porque erró en los planteamientos de sus dos faenas. Y si me aguantan lo explico en un momento.

No es la primera vez que veo un toro acosar al Juli, porque acoso es lo que me ha parecido que el toro hacía con el torero. El toro no era nada, como toda la corrida de Domingo Hernández, vareado y cornicorto de bote, pero encastado. Primer error del Juli, dejarlo crudo en varas, con una de trámite. Segundo error del madrileño, ¡parece mentira!, después de comenzar la faena a pies juntos, es decir aliviando la embestida, remata con un trincherazo que hace ponerse al primero de hinojos. El toro se avisa y en la segunda tanda por la derecha le avisa, se mete "pa dentro", sin embargo acude a esta mano con voluntad y a los toques. Por el izquierdo echa las manos por delante. El Juli no sabe mentir y su cara expresa que algo no va como el quisiera que fuera y la faena se diluye en una sinfonía de muletazos sin convencimiento. Pero se desquitó en el cuarto toro que en realidad tenia apariencia de novillo al que mal administraron la vara. El brindis a la Infanta Elena merecía el esfuerzo, ¡digo yo!, aunque la sombra de las pocas fuerzas rozó la arena. Primeras tandas de tanteo por ambos pitones y una más centrada por el izquierdo que hizo cambiar el rumbo de la faena y de la tarde. El torito se crecía, el torero a más con él. Repetía el Juli a mejor porque se metió con el toro sin meterse tanto como otro que yo me sé, y fue capaz de cuajar varias tandas de muletazos naturales, bien llevados, ligados y profundos.

Explico lo de Manzanares. El colorao segundo, terciado y de afilados pitones por lo artificial, se queda corto y protestón en el capote y siendo así, el alicantino va y cambia el tercio tras el encuentro y derribo de Chocolate. Error. Crudo como estaba se quería comer a los banderilleros y se dolió con los garapullos. Después, como era de esperar por los síntomas, se fue rajando por los burladeros. Lo sujeta, lo atrapa en varios muletazos hasta que le rehúsa el enfrentamiento. Pero lo soberbio vino en el quinto. El mejor toro de presentación, por lo serio y por juego, a más y en bravo. Toda la cuadrilla, sin excepción estuvo a la altura. Una cuadrilla como la de Manzanares es un valor añadido al triunfo del torero. Y luego el coraje, la fibra y la emoción que puso el torero, la trasmitió a los tendidos, y a demás la técnica y el valor. Técnica en templarlo y no molestarlo, y valor en aguantarle alguna paradita por el pitón derecho. Tras esto el toreo. El gusto. La calidad. La satisfacción. Obsérvese que Manzanares conjugó los verbos necesarios para considerarlo, ¡ya sé que las comparaciones son odiosas! por encima de lo que su padre nos dijo, pero al hijo en cinco años de alternativa le he visto mejor, más veces, que al padre en veinticinco. Pero en fin. Dejémoslo estar.

Y ahora Perera. Debo confesarles que sin quitarle ningún merito a este torero, por su valentía, por su tensón, por sus ganas, no termino de verlo, porque no estando mal, tampoco está bien. Y creo que hoy me ha dado algunas claves de porqué. Es un torero que con presión embota su cabeza y entonces comienza a arrear. Le pasó con el astigordo de bote, tercero que empezó dejándose y terminó acabándose porque el látigo que tiene por muleta Perera lo castigó mucho. De resultas el toro salía de los muletazos con la cara arriba. Que tenga un látigo por muleta Perera no me importa, es bueno para emplearlo con toros difíciles, pero es que al sexto, que era mejor toro que el tercero, le aplicó la teoría del parón y terminó ahogando las embestidas. Nunca me han gustado los toreros del parón. Entiéndase gustar, por justificar la obra. En realidad en mi profesión los gustos deben ir avalados por un razonamiento. Y practicar el parón a un toro que se mueve más que a mando, me suena a impotencia, cosa que a este torero no se le supone, luego debe ser algo de cabeza. En un momento dado la sangre se le sube, y coordinar, el látigo, el temple, el valor y los pases "güenos", como que no. Pero en fin es lo que tiene este torero.

La corrida de Domingo Hernández en sus dos hierros, no estuvo bien presentada en líneas generales, no la vimos en el caballo, como ya es habitual, y se dejó bastante, con dos toros interesantes para la muleta. El primero por encastado y el quinto por bravo. El sexto se dejó, y el cuarto de menos a más.

¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
Vistalegre en Madrid. Plaza de segunda. Sábado 27 de febrero. Penúltima de La Feria de Invierno. Toros de Domingo Hernández corridos en 1º, 2º y 6º lugares, y Garcigrande, en 3º, 4º y 5º puesto. El quinto fue ovacionado en el arrastre. El Juli, estocada caída, oreja, y estocada trasera con derrame, dos orejas tras aviso. Manzanares, estocada trasera caidita con derrame, saludos desde el tercio, y estocada, dos orejas tras aviso. Miguel Ángel Perera, pinchazo haciendo hilo el toro y estocada trasera, silencio tras aviso, pinchazo, estocada y descabello, oreja tras aviso. Saludaron tras poner banderillas, Curro Javier en el 2º y Trujillo en el 5º, de la cuadrilla de Manzanares. Joselito Ortega, de la cuadrilla de Perera, en el 3º. Raro pero a José Antonio Barroso lo ovacionaron tras picar al quinto.

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