12 agosto 2011

UNA SENSACIÓN DE PLACER


Primer Guardiola
UNA SENSACIÓN DE PLACER
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

No es frecuente en La Malagueta ver el toro, ni Puche sabía lo que era un toro, ni la afición, y menos el Mundo Feliz lo habían conocido en esta plaza. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, por consiguiente y aunque sea su última feria señor Puche, aprenda y váyase tranquilo porque cuanto menos de presencia ya sabe usted lo que es un toro, otra cosa es lo de la bravura, que por si algún mamamelón de los que a su alrededor orbitan lo confunde, esta tarde no ha habido ninguno bravo. A decir verdad poco me ha importado que los toros de Jaime Guardiola fueran o no bravos, lo que me ha satisfecho después de tantos años de oprobio al toro bravo por comparación con burras en La Malagueta, es que en esta plaza por fin haya salido presentado el toro de primera. Me gustó el primero por reunido, enjuto, hecho, apretado, cuajado, y los otros por más largos, enmorrillados, y alguno vareado como el segundo. Pero en conjunto, el toro con los pitones limpios. Así, y no de otra manera es como hay que venir a Málaga señores ganaderos, así. Pero me temo que cuando lleguen las figuritas del adorno y del pasito atrás, llegará como siempre el medio toro. Algunos de los plumillas aventajados y pesebreros de estos tiempos dirán que para qué se quiere un toro con fachada y podrido por dentro... pues vamos a verlo señores: primero porque en esta plaza hacía mucho tiempo que aunque levemente, eso dice bastante poco del público, no se aplaudían tres toros por presentación. Primero, tercero y quinto. Luego porque todos tuvieron la voluntad de ir, aunque corridos, al primer puyazo, y es cierto que en el segundo casi todos cantaron la gallina, por eso la corrida no fue brava. El cuarto fue el más completo en este tercio. Sería conveniente matizar el segundo tercio porque practicamente todos los toros cambiaron aquí. Esperaban y después arreaban lo que quiere decir que no embistiendo por derecho mantenían el motor y el picante, luego era la casta. Estamos pues ante una corrida encastada pero no brava. Y todo se define en el último tercio donde damos la nota final al toro, debido a que lo miramos en función al torero que tiene delante, y también encuentro matices. El primer toro tuvo una emocionante embestida por el pitón derecho, por el izquierdo se quedó corto, pero en conjunto fue el toro de la corrida emparejado con el cuarto que también tuvo vibración aunque por el izquierdo le costaba más trabajo embestir.
Ciertamente Antonio Barrera se llevó el lote y lo aprovechó con decisión y entrega en el primero, y con bastante corrección en el cuarto pero aliviándose, en este dio una estocada buena, pero en vez de buscar el efecto sentado en el estribo a esperar que doblara el toro debió haber agarrado el verduguillo, no se puede ser cruel porque buscar el efecto no tenia justificación ya que el toro no era bravo y fue a morir a tablas.
El lote de Robleño, que se presentaba en Málaga, fue el peor, noble pero soso, que se negó a pasar, luego descastado, el segundo. Y el quinto que embestía a arreones, en dos ocasiones le dio avisos al matador de que iba a cogerlo, y tras estas bravuconadas, se paró. Otro descastado. Robleño solo pudo despacharlos, pero lo hizo mal porque fallo demasiado con los aceros, en el segundo no es que fallara es que pasó directamente de un pinchazo al descabello. La autoridad debió llamarle la atención.
El lote de Vilches se dejó. A la voz y por la porfía del matador, pero le enjaretó algunos muletazos que no hicieron faenas pero justificaron la voluntad del sevillano que se esforzó, aunque sin resultado óptimo. Mató sus toros de pinchazos y descabellos, sin estocadas. Adviertasele.
Paco Peña saludo en banderillas y parearon con corrección Ecijano II y Trillo. Picaron bien la corrida, Germán, Plaza y Romero.
La autoridad, y el alguacilillo es autoridad, no puede esperar a entregar la oreja hasta que terminen los chicos de las radios de entrevistar a los toreros. Es cosa poco ética y los primeros en advertir esto deben ser los profesionales del medio, y si no se corrigen, la autoridad debe hacerlo.
Al salir de la corrida hubo voces contra la presidenta Ana María Romero, porque no le dio más orejas a Barrera. No se las mereció. Barrera estuvo bien pero no para echar cohetes. Vuelvo a advertir que esta mucha es buena aficionada, si los que la mandan la dejan hacer.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Plaza de La Malagueta. 12 de agosto de 2011. Seis toros de Los Herederos de Salvador Guardiola, bien presentados, aplaudidos, primero, tercero y quinto, y de distinto juego, primero y cuarto buenos. Segundo y quinto pitados al arrastre. Antonio Barrera, estocada contraria, aviso, descabello, vuelta al ruedo. Estocada, aviso, oreja. Fernando Robleño, pinchazo a la voz, cuatro descabellos, se echa el toro, silencio. Tres pinchazos, descabello, aviso, seis descabellos más, silencio. Luis Vilches, cuatro pinchazos, aviso, descabello, silencio. Dos pinchazos y dos descabellos, silencio.

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