25 septiembre 2011

SORPRENDE CORBACHO


Carlos Corbacho
SORPRENDE CORBACHO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Alejandro Cunquero, de Huelva, no pudo venir a Marbella por causa de una gastroenteritis. En su lugar la empresa llamó a Carlos Corbacho hijo, que como saben hace un par de meses o tres se vestía de luces por vez primera en esta plaza, y lo hizo con tanta tranquilidad que parecía como si fuese a un banco. Esta tarde ha vuelto a sorprender por su quietud, su temple y su tranquilidad, verdaderamente de los dos comparecientes en el ruedo quien ha sorprendido ha sido el hijo del gran Corbacho, Carlos, que en verdad no sabe vender el producto, no sabe andarle a los toros, es más no sabe ni andar en el ruedo y hace las cosas como si no fueran con él. Tiene una explicación. El chaval, bueno el señor, pues Carlos Corbacho no es ningún niño, su edad pasa de los treinta, a la pregunta de, si quiere ser torero, su respuesta es: “no lo sé, estoy en ello” , pero tiene claro una cosa, que esto es quedarse quieto y que esto es temple. No está mal para empezar a responderse a la gran duda metódica de su vida. Les digo una cosa; ahora mismo, Carlos parece un patoso, y muy pocos le ven futuro. Yo solo digo que dos veces lo he visto, y dos veces me ha gustado con sus pocas virtudes y con sus muchos defectos. El domingo que viene vuelve a estar anunciado junto a Cristina Hernández. Será la tercera vez. Que Dios reparta suerte.
El sampedreño José Ángel Moreno fue el triunfador pues cortó una oreja al primer novillo, un mansito encastado que buscaba tablas y arreaba cuando veía a tiro la muleta. Pudo cortar otra en el tercero después de un trasteo aseado a un novillo que queriendo irse al principio, luego se quedó y se dejó ampliamente como para hartarse de torear, mató de media trasera y perpendicular, le sonó un aviso y necesitó usar el descabello. El publico pidió la oreja, pero el presidente no la concedió. En verdad de concederla no hubiera tenido el mérito que tuvieron las dos vueltas al ruedo que dio el chaval de San Pedro.
Los erales de Los Palacios manejables, con un primero rajado que embestía a arreones, con un segundo noble y bueno aunque un pelín flojito, un tercero bueno encastado, el mejor del encierro y un cuarto descastadido sin recorrido y mirón.
Juan de Pura, Miguelín de Marbella y El Dani, estuvieron con pulcritud y perfección en sus respectivas labores de brega y de banderillas.
¡Aquí paz y allí gloria!
 Corbacho
 El chaval de San Pedro
 José Ángel Moreno
 Juan de Pura colgándose en banderillas
 Miguelín de Marbella
 Miguelin bregando
Juan de Pura

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