28 enero 2012

LOS TOREROS HABLAN


II Forum Mundial de la Cultura Taurina
 Turno de los toreros en la jornada de tarde
 La sesión de tarde de la segunda jornada del Fórum Mundial de la Cultura Taurina que se celebra en Azores estuvo protagonizada por los toreros, que describieron y analizaron su labor como comentaristas de las transmisiones de festejos por radio y televisión.
Antes de la mesa redonda titulada “Del ruedo al micrófono”, otro torero, el legendario Ignacio Sánchez Mejias, fue el protagonista de la conferencia pronunciada por el doctor en periodismo y profesor de la Universidad de Sevilla Juan Carlos Gil, que trató la faceta del diestro como periodista y escritor.
El conferenciante, que se expresó en portugués, explicó cómo Sánchez Mejías escribió múltiples artículos de prensa, en distintas publicaciones, llegando incluso a enfrentarse a la censura de la dictadura de Primo de Rivera. Aparte de firmar las crónicas de algunas de sus propias actuaciones, también atacó la hipocresía de las sociedades protectoras de animales vigentes en las décadas de los años 20 y 30 del siglo XX.
Para el profesor Gil González, la labor en los medios de comunicación de Sánchez Mejías no puede ser considerada como la de un periodista sino como la de un cronista social, a la que añadió su actividad como dramaturgo, entre la que destaca su obra Sinrazón, primer texto en castellano que aborda el tema del sicoanálisis freudiano.
 Ya en la mesa redonda de toreros comentaristas, Eduardo Dávila Miura afirmó que “se comenta como se es”. El diestro sevillano incidió en la necesidad de manifestarse con transparencia ante el micrófono y enjuiciar la labor de los de luces no sólo en función del toro que tienen delante sino también de su rodaje en los ruedos. Poco amigo de escucharse –“pierdes naturalidad” – Dávila se manifestó partidario de que un ganadero complemente las valoraciones de los toreros comentaristas.
Tras asumir la defensa de los espectadores, los que pagan sus localidades y los que compran los espectáculos en las plataformas digitales, Manuel Caballero reconoció que hay “muchas maneras de decir las cosas”, que no le gusta compartir comentarios en directo con otros diestros y que son los propios toreros los más críticos con sus compañeros de profesión. Al mismo tiempo, el torero manchego admitió sus dudas e inseguridades ante el micrófono y reconoció que ha aumentado su respeto por los periodistas desde que ejerce las labores de comentarista taurino.
El periodista y antiguo novillero Álvaro Acevedo exigió que los ganaderos comentaristas, al igual que sucede con los toreros, no ejerzan esta función si están “en activo”. Tras calificar de tibia una parte de la crítica taurina, Acevedo denunció la tendencia de algunos profesionales del periodismo “de apretar al más débil”. Defendió el periodista sevillano que el espectador sepa “de las circunstancias profesionales en las que los toreros llegan a sus compromisos en las plazas más importantes”.
El ganadero portugués Joaquim Grave exigió “un mayor respeto para el toro” y asumió, no sin cierta resignación, “la pérdida de peso específico en la Fiesta de los ganaderos”. Preocupado por descodificar el “dialecto de los toros”, Grave admitió que en la tauromaquia no existen verdades absolutas. Al margen de etiquetas toristas o toreristas, el criador de reses de lidia garantizó “que existen toros que ponen de acuerdo a todos los aficionados”.
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