19 marzo 2012

PONCE SE CABREA

PONCE SE CABREA

Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio


La corridita de El Capea, con tres hierros en lid, San Mateo, San Pelayo y Carmen Lorenzo, ha cumplido las expectativas para la que fue criada y traída a Valencia. No molestar a los toreros. ¡Faltaría más habiendo sido su titular torero de pelo en pecho! ¡Como va Pedro a gastarles esa faena a sus compañeros! Que los toros del Capea no molesten no quiere decir que sirvan, y por lo regular, tampoco debería molestarse nadie. Que lo haya sufrido Ponce, es cosa muy suya porque también se podría haber apuntado a la corrida de ayer y habernos deleitado con la puesta en escena de su sabiduría catedrática, porque a estas alturas de su carrera Ponce interesa más con lo fuerte que con lo suave. Que a él le saliera el toro más descastado de la tarde no quiere decir que el resto lo fueran porque el segundo fue una hermanita de la caridad, el tercero de más a menos, el cuarto un toro interesante, el quinto muy bueno y el sexto se paró. De manera que el porcentaje de lo más a lo menos es mayor.
Archivo. Ponce. Foto Manolo Ortega
En esta corrida me interesó de Ponce, sabiendo todos quien es Ponce, su colocación en el primero, su temple y su aguante. Y en el cuarto, me interesó, ya que estoy con la campaña del destoreo, que no lo hizo, por contra toreó en línea, pero a estas alturas prefiero ver a Ponce torear en línea, que a Manzanares, destorear, descargando la suerte. Cortó una orejita.

La corrida de encaste Murube no tuvo nada más que el cuarto toro lidiado a nombre de Carmen Lorenzo, que fue el mejor presentado, cabeza acarneradita, recogido, bien encornado, el resto, anovillados, avacados, terciados y casi todos faltos de fuerza.
Archivo. Cid
El triunfador de la tarde, ultima de las Fallas, El Cid, parece haberse entonado un poco, el compas firme, colocado en los naturales, los vuelos de la muleta, la seguridad. Y sobre todo el temple. Si aguanta la temporada completa será bueno para todos. Oreja y Oreja.
Archivo, Luque
Tuvo el peor lote Daniel Luque. El tercero se le apagó pudiendo firmar solo un par de tandas de interés con bastante aseo. El sexto que se paró pronto, lo hizo más por voluntad del torero que por la propia. Luque se empeñó en quitarle la muleta de la cara y frenaba así la voluntad de embestir dl burel, aunque lo hiciera a media altura.

¡Aquí paz y allí gloria!

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