03 septiembre 2012

SALVADOR VEGA FIRMA UN GRAN TRASTEO

Salvador Vega abriendo una faena de las más interesantes que se le recuerdan


Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Málaga, 2 de septiembre: LA FALTA DE CASTA DE LOS DE LA QUINTA Y UN GOLPE DE DESPROPÓSITOS CIERRAN LA TEMPORADA EN MÁLAGA.

No hubiera sido justo que el protagonismo de la tarde se lo hubieran llevado un toro manso de La Quinta y un toro que se rompe un cuerno, sobrero de Torrealta, con todo el revuelo que ello conlleva, y se hubiera tapado así la importante faena que Salvador Vega realizó al tercero de la tarde. Uno de los trasteos más serios que he visto esta temporada. Con el capote no se dio licencia, habló para el toro, siempre por delante, muy pegadito para ir desengañándolo. Luego un brindis al público, el brindis más sentido que se haya echó en esta plaza, después de El Capea y Joselito. Y luego la faena. Esperando al toro, perdiendo los justos pasos y otra vez a empezar. No toreaba para él y a la vez era capaz de dominar la escena. Puede decirse con propiedad que Salvador Vega no toreó como torero que busca reconocimiento popular, sino que toreó como aficionado que busca darse la satisfacción de trajinar una dificultad. Cortó una oreja tras una estocada baja y un aviso.

No hubo opciones con el que cerró plaza pues fue el que más se orientó y desarrolló peligro.

Leandro también tocó pelo por estar aseado con el segundo que duró dos arrancadas humillando. En el quinto no hubo historia, no le dio por quedarse quieto y tirar de él a ver si. Mal con la espada. Un torero que tiene buenas maneras pero que en Málaga ha toreado dos corridas y no ha pasado de eso, aseado, poca cosa para tanta expectativa.

Curro Díaz sorteó un primero que llevaba la cara alta y que no se empleó, lo intentó, se llevó un pitonazo en la mejilla derecha y no pudo ahormar la cabeza del toro. Luego con el manso quinto, una actitud irreverente a la torería, se inhibió de plantarle cara, se lo dejó a su peón Montoliú que tampoco quiso verlo haciendo este ademanes a la presidencia, echándole el publico encima, y consiguiendo que devolvieran el toro a los corrales con el beneplácito del Mundo Feliz y la disconformidad del aficionado. Salió el primer sobrero de Torrealta y en la suerte de varas al sacar el toro del caballo, un capote a la arena y se parte el cuerno izquierdo. Se devuelve, y sale el segundo sobrero de Torrealta. Y la faena de más a menos pecó por momentos de encimismo, en otros hubo buenos muletazos, sobre todo una serie de naturales, pero todo muy deshilvanado dando la sensación de no cuajar el toro. Tres pinchazos y un bajonazo con derrame, dio lugar a la segunda vez que saludaba en la tarde. También este torero se diluye entre ausencias y presencias.

Los toros anunciados de La Quinta en líneas generales mal presentados, pitado al arrastre el feo y terciado primero. El segundo también terciado fue aplaudido, el tercero correcto de presentación por los pelos. El mejor presentado el cuarto devuelto por manso. El quinto pasable y el sexto anovillado. El cuarto tris, sobrero de Torrealta correcto de presentación. En general descastados. Primero sin emplearse. Segundo bueno y noble pero no aguanta tres embestidas, de mas a menos. El tercero manejable por la lidia que se le dio. El sobrero bueno de más a menos sin ir hasta el final. El quinto se quedaba corto, no pasaba. Y el sexto con peligro.

La cuadrilla de Salvador Vega bien. Raúl Núñez puso un segundo par muy bueno al tercero. Miguel Ángel Sánchez saludó en el sexto por dos pares muy arriesgados y el picador José María García retuvo bien la ira del sexto.

EL ASUNTO DEL TORO DEVUELTO A LOS CORRALES POR MANSO.

Se sabe, es tradición e historia, que todos los toros, incluidos los mansos tienen su lidia. Hasta aquí todos los aficionados de acuerdo menos el Mundo Feliz, que como se sabe acude a la plaza a rentabilizar lo que paga por su entrada.

Sin embargo contemos los hechos antes de aplicar el criterio de la devolución ordenada por la presidenta Ana María Romero.

Ante el toro manso de libro no se quiere poner el torero de turno, Curro Díaz. Ninguno de los banderilleros se atreve con él. Por fin manda a Montoliú a hacerse presente y este con el capote toma sus precauciones y además con gestos y miradas a la presidencia incita a las masas, ya calientes, a la devolución. A Montoliú, dicen que gran profesional, no se le ocurre coger el capote a una mano y correrlo por derecho. Quizás si se le ocurrió no quiso hacerlo para no desmerecer al “maestro”. La masa sigue reclamando un toro bravo, no aquella mula. En realidad toda la cuadrilla de Curro Díaz, se inhibió de la lidia del manso. La presidenta devuelve el toro al corral.

Considerandos:

Aceptando que por manso un toro no se puede devolver, los motivos que se pueden esgrimir para su devolución son: que las cuadrillas aleguen reparos en la vista, o que haya una alteración del orden público. Y este es el criterio seguido por la presidenta. La cuadrilla no se quiere poner delante de ese toro manso, el público se altera y para evitar males mayores, peligrosidad de la situación con un toro en el ruedo que nadie quiere torear, se opta (amparada por el reglamento) echar el toro al corral. Así consta en el acta de la corrida como una medida excepcional. Ahora solo cabe que la Junta de Andalucía, tome cartas en el asunto de una vez por todas, apoye a su presidenta y sancione a Curro Díaz y a su cuadrilla por inhibirse de la lidia de un toro, y propiciar en el espectáculo una situación anómala.

Dicho esto seria conveniente reflexionar sobre el siguiente parecer que un aficionado almeriense, Antonio Arroyo expuso en las tertulias taurinas de Onda Cero Almería. La salida al ruedo de un toro manso significa una anomalía en el conjunto de la lidia, pues el cliente compra un billete para ver un producto integro y que se vende por bravo. A estas alturas de siglo y si nos atenemos a la Ley del Consumidor, no le falta razón al Señor Arroyo si se pide la devolución de un producto defectuoso, pues es obligación del ganadero, en los tiempos tan avanzados en los que estamos, garantizar la bravura, o signos parecidos a ella, al menos en cuantía mínima.

No deja de ser un argumento más para la tauromaquia moderna.

¡Aquí paz y allí gloria!

1 comentario:

Emilio González dijo...

Un par de banderillas negras y a torear.

¿Habría en la malagueta dichos palos?
no lo sabremos.