06 octubre 2012

LA FIESTA DE LA REINAUGURACIÓN



El Fandi en el sexto toro
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Fuengirola, 6 de octubre: Interesante corrida de Benjumea.

La fiesta que todos quieren salió en volandas por la recién inaugurada puerta grande de la reinaugurada plaza de toros de Fuengirola. El juego de palabras vale para recordar que esta plaza de toros con cincuenta años de antigüedad es la primera vez que cuenta con una puerta grande como Dios manda… y todos contentos. El publico alegre y jaranero con los toreros pidió orejas hasta más no poder; la primera la esposa de Manuel Díaz El Cordobés que se partía las manos aplaudiendo, dando pañuelazos al viento y silbando a la presidenta; pues los toros solo tienen dos orejas, de tener más, más hubieran cortado, cosa que se sabe pues también tienen los toros rabo, pero el rabo no se cortó, lo pidieron apasionadamente pero se ve que en el palco, quizás por ser señora presidenta y no presidente, lo del rabo es cosa seria.
En verdad al único que debieron sacar por la puerta grande hubiera sido al mayoral de la ganadería de Benjumea y no a la terna que con el rollo de los mediáticos (Rivera Ordóñez, Fandi, El Cordobés y ahora Padilla) les hacen perrerías circenses a los animalitos y se olvidan de declamar el toreo. Es verdad que cuando lo intentan declamar, nadie les hace puñetero caso, de manera que vuelta a empezar.
Digo que la corrida de Benjumea con presentación correcta para la plaza, el primero más anovillado, fue interesante con toros casi completos (a excepción de la suerte de varas), como el nº 33, un castaño que salió en tercer lugar. Se movieron los toros, aunque el quinto se vino a menos, y dieron un juego que estuvo por encima de los trasteos de los matadores.
El Cordobés, dos orejas y oreja, no encandiló hasta que ejecutó el salto de la rana. Por lo demás vulgaridad en su seriedad.
Padilla, dos orejas y oreja, hizo gala de su oficio, salvando trances y lances con gallardía pero sin demasiadas apreturas quizás por lo del ojo. Correcto con los palos, mejores los puestos al quinto, con un tercero al cuarteo de bella factura.
Fandi, cuatro orejas, alardeó con sus pares corriendo hacia atrás. Le destacamos uno para el que pidió un sombrero en el tendido con el que dio algunos pases después de poner el par al violín. En cuanto a los trasteos lo más destacado fueron algunos muletazos al natural de la primera faena, resultando demasiado airosa la sexta para tan buen toro. A ambos tuvo que descabellarlos y aún así resultó el triunfador numérico. La ponderación y el equilibrio del palco falló en la concesión de trofeos.
La corrida empezó ocho minutos tarde y cuando encendieron las luces a las ocho de la noche, no se veía a penas en el ruedo, las sombras multiplicaban las sospechas de mosqueo de los toros y de los toreros. Los aledaños de la plaza están insuficientemente iluminados provocando el airado descontento del personal.
¡Aquí paz y allí gloria!

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