18 marzo 2014

UNA CORRIDA EN LA QUE PASARON COSAS

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DÉCIMA DE FERIA DE FALLAS. VALENCIA 2014.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Lo primero que pasó fue que sin llenarse la plaza, hubo más gente. Urge replantear las ferias. Algunos ya están en ello, pero otros, Valencia por ejemplo, no aprenden.
Lo segundo, un toro le pega una cornada a Ponce. Increíble, pero cierto. Al entrar a matar, es prendido y le rompe una clavícula y le hace un agujero en el sobaco derecho. 
Tercero, un chaval que tomó la alternativa, Jesús Duque, corta dos orejas con sentido del temple.
Cuarto, se pide el indulto para un toro manso aunque encastado en una plaza de primera.
Quinto, el presidente no concede el indulto, pero haciendo gala de “serio aficionado”, fue el mismo presidente que el de la vuelta al Cuvillo, también le da la vuelta al quinto de Victoriano del Río.
Lo sexto que pasó fue que El Juli necesitó de tres toros para cortar dos orejas.
Y lo más importante, que del Rio, trajo a Valencia una corrida de toros en tipo y encastada. Debe ser que es amigo del Juli, porque si no, no se la mata ni Dios.
Ciertamente fue fea la cornada  a Ponce. Entrando a matar. Le dieron las dos orejas de un toro bueno  y noble por ambos pitones. Con oficio, abriendo muy bien la faena, genuflexo, llevándolo largo, y ligando las tandas. Necesitó de un barrigazo al toro para mancharse la taleguilla, para que todos viéramos que se había arrimado. Pero esto no hace historia. La historia va a ser la cogida, y el post operatorio. ¡Nos hacemos mayores Ponce!
El Juli, que toreo por Ponce el cuarto, que brindó a la cuadrilla del valenciano, estuvo técnicamente bien con un toro exigente, bueno, fiero. Con algún muletazo de interés, aislado, pero en conjunto planteando una faena de tentadero. Le dieron una oreja después de una agonía inútil del toro que recibió aplausos al arrastre. En sus toros propios. Tercero manejable, al que le enjaretó un trasteo serio por el pitón izquierdo cuya mayor virtud fue el sitio a pisar para que rompiera el toro. La cosa terminó con un arrimón. Con el sexto, sin recorrido por el izquierdo, fue un toro atemperado por el derecho y Julián estuvo correcto. Otra oreja. 
De haber sido ganadero de bravo, hubiera envidiado un tentadero con Juli. 
El toricantano Jesús Duque escapó muy airoso del tremendo compromiso, y se le vieron cosas natas. El temple. El raciocinio, esto es, cuando la gente pidió indulto, se dio un tiempo interpretando ir a la barrera cambiar la espada por la ayuda, volver a darle unos muletazos al toro, y como la petición bajó de tono, volver a cambiar por el acero y entrar a herir, sin más miramientos. Luego el brindis de la alternativa a sus padres, para enmarcar: “Me disteis la vida y hoy voy a jugármela por vosotros.”
¡Aquí paz y allí gloria!

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