16 mayo 2015

MADRID. DIEGO VENTURA CAPITÁN GENERAL DE CABALLERÍA.

MADRID. FERIA DE SAN ISIDRO 205. TOROS DE CARMEN LORENZO Y EL CAPEA PARA REJONES. SERGIO GALÁN. DIEGO VENTURA Y LEONARDO HERNÁNDEZ.

DIEGO VENTURA CAPITÁN GENERAL DE CABALLERÍA.
Por Agustín Hervás.
Onda Cero Radio.
Diego Ventura. Archivo
A la batalla de Bailén contra el francés acudieron los garrochistas en sus jacas, capones y corceles, enjaezados por derecho y prestos a la lucha. Valientes caballos al olor de la sangre, la pólvora y el ruido de la gran batalla que se libraba en defensa de España y por verdad de la Iberia, pues dícese que entre tan valerosos jinetes venían a defender el honor de un pueblo invadido acosado y denigrado, a golpe de regatón y punta de garrocha, una cuadrilla de portugueses que al compás del braceo de sus caballos herían al invasor sin misericordia. Toda aquella columna fue una en el triunfo y en la muerte que les llevó a la victoria. 
Con la estirpe de aquellos portugueses, no me cabe la menor duda, después de verle esta tarde en Las Ventas, entronca Diego Ventura. Aguerrido garrochista, domador exigente, luchador implacable y guerrero de la luna. Si en el rejoneo hubiera rangos, hoy se publicaría en el Boletín Oficial del Estado, el de Capitán General de Caballería, para el rejoneador Diego Ventura, pues hoy aunque no cortó orejas (ni falta que le hacen), en su primer toro, ha hecho la faena mas importante que un servidor le haya visto en su carrera, y les puedo asegurar que si echan una ojeada a entradas pasadas de este blog, lo confirmarán.
Quiero tener la capacidad de poder contarles lo que vi. A caso de interpretarles, pues en realidad la faena fue indescriptible, porque indescriptible fue lo que hizo con Sueño. Ese caballo que descubrimos en Sevilla.
El castaño se liaba, por la orden de las piernas de su jinete, el toro en la grupa. Sueño componía figuras de abaniqueo sobre los posteriores, prevenidas siempre las manos, en constante movimiento, y coordinadas para propiciar el giro, la largada, la parada, y el arreón a la mano y a la espuela. el divertimento de sus quiebros, sutiles, elegantes, la farándula fandilista de embrocarse con el toro andando hacia atrás, casi trotando, en un compás de sonido superior. Un caballo valiente, noble y obediente. Pero todo comenzó con suspiro, garrocha en mano, como aquellos de Bailén. Yéndose a buscar la muerte a sus puertas. Jugando con ella, trayéndosela  debajo de los corvejones, liándosela en la punta del estribo, acariciándola con las briznas de su cola, y largándola para enfrontilarse y clavar el castigo. Y todo terminó con Remate ese albino de corazón templado que llega a los ojos de la muerte para matarla matando. Pero se le fue la mano, como se nos va cuando nos embriagamos... y qué más da Capitán General.
Si hubo dos orejas en el quinto toro. Se especuló con el rabo, pero no. Mejor así no hay caso. Maletilla, Nazarí, la yegua Milagro y con Remate. Recortando. Parando. Llevando, templando. Hilvanando, cosiendo, clavando con justeza... y ahora si, matando.
No he visto aún, esta temporada, a Pablo Hermoso de Mendoza, cada año hace mas largas sus estancias mejicanas, quiero pensar que no es evitando la competencia, porque en contra de lo que su apoderado piensa, Pablo si tiene competencia. Aunque debo decir que hoy por hoy quien si tiene competencia es Ventura. Ventura es el objetivo a batir. Pablo quizás se esté acomodando demasiado, como en lo equivalente al toreo a pie, un tal Ponce, al que todos conocemos.
Ciertamente también salió a hombros el sin zahones, un chaval que parece ir de romería, en vez de a un festejo de arte y tradición. Y algo así pasa luego en el ruedo que Leonardo creyéndose ir de romería no para de batallar, ciertamente dentro de la corrección hasta que consigue cuajar buenos momentos. 
Me agradó comprobar que Sergio Galán está en torero, cuajado y maduro que planteo bien la faena al primer toro que fue mansito y que con el sobrero cuarto, con maneras ortodoxas, siempre bien venidas, cortó la otra oreja que le faltaba después de la del primero. 
Tres rejoneadores a hombros por la calle de Alcalá. Pero Diego Ventura, Capitán General.
¡Aquí paz y allí gloria!

2 comentarios:

malagueto dijo...

A una excelente corrida, le corresponde una gran crónica, como la escrita más arriba.

Me ha gustado el detalle de Galán, de poner una tablilla con el nombre del caballo y su raza. Es la primera vez que veo esto y es enriquecedor para los que amamos el caballo y el rejoneo.

Saludos

Iñaki Arruabarrena dijo...

Aquí sí que hubo regalo de orejas con bajonazos y costillares por parte de un público que no entiende de toros y un presidente que no tenía ni estilo para beber un trago de agua sin vaso y sin saber sacar los pañuelos de concesión de orejas.¡LAMENTABLE!Quienes somos taurinos y algo conocedores del arte taurino nos podemos enrojecer por semejante falta de rigor.Se ve que al rejoneo va un público que lo único que desea ver es un arte ecuestre sin saber los postulados mínimos del reglamento taurino.Es un fiel reflejo de la España actual en que vale todo incluido la corrupción.Iñaki Arruabarrena